Algunos toman un avión; otros dimiten o aceptan la sanción
social, otros mueren peleando o se aferran cual garrapatas hasta desangrar al
cuerpo social y el propio...
Por: CARLOS OGANDO | Presidente Región Manhattan Norte, Ex-presidente de la JRD, PRD de Nueva York.
Hay formas diferentes de salir del escenario cuando su pérdida es
inevitable. Algunas honorables, otras deshonorables; algunas tardías, otras
oportunas para evitar pérdidas inútiles. Unos se suicidan; otros toman un
avión; algunos dimiten o aceptan la sanción social, otros mueren peleando o se
aferran cual garrapatas hasta desangrar al cuerpo social y el propio.
Nunca es fácil salir del escenario; sabe a derrota, a deshonor aunque se
haga honorablemente.
La actitud depende de la calidad moral de los lideres, de su sentido de responsabilidad histórica.
La actitud depende de la calidad moral de los lideres, de su sentido de responsabilidad histórica.
Las garrapatas se meten de tal forma en el cuerpo social que son inmunes
a su propio fracaso. Son los últimos que se dan por entendidos y entonces
prefieren hundir la sociedad entera con ellos. Para Miguel (el moraito) el PRD
no merecía ganar el gobierno si él no podía alcanzar la presidencia nacional, y prefirió sepultar nuestro partido bajo la oposición antes que permitirnos el triunfo. Gadafi
y El Asad prefirieron sepultar sus países bajo escombros antes de abandonar el
poder. Para Hitler Alemania no merecia permanecer como nación si no podía
alcanzar la victoria.
Otros tienen la sabiduría suficiente para aceptar su fracaso antes de
sacrificar a toda la población. O prefieren el deshonor personal al colapso
colectivo. Boabdil, el rey moro que entregó Granada al rey Fernando, prefirió
quedar como cobarde para la historia cuando la alternativa era resistir hasta
morir todos los pobladores del último reino moro en España. Su propia madre
crearía su fama: "Llora como mujer lo que no supiste defender como
hombre".
Mas, de hombres es también entregar la presidencia de su partido cuando
el rechazo de una mayoría y la pérdida de legitimidad y legalidad hace
inevitable el colapso. El propio Miguel Vargas y su mujer crearían su fama de
traidor: “Cuando el negocio de las corbatas azules, Cuando Angelita por la
redes sociales mandaba a votar por el candidato del partido de la competencia, cuando
en plena campaña presidencial dijo yo no soy barrendero ni mensajero, cuando
dijo yo no me monto en una patana con el candidato y ahora conocemos que vendió
por 15 millones de dólares a más de dos millones de votantes, a quienes ahora
mendiga su apoyo para continuar sus negocios”. La salida oportuna es un don de
buen liderazgo. Hay líderes honorables que aceptan su fracaso y asumen la
responsabilidad de sus cargos aun sin tener culpa de los errores cometidos y al
menos dimiten. Emparan preguntó al pueblo si quería que él siguiera mandando y,
como la multitud dijo "No", respondió "Entonces yo tampoco
quiero mando".
Cuando en un partido una mayoría abrumadora se resiste a un presidente ilegítimo,
aferrarse a seguir dirigiendolo sólo genera costos que la historia le debitará. como saldra Miguel Vargas de la
presidencia del PRD?
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