Solo escucha los cantos de sirena de Leonel, Danilo
y del siniestro Roberto Rosario...
Por: Carlos Ogando | Presidente de la Región ManhattanNorte. Ex-Presidente JRD, PRD Nueva York
Las sociedades distópicas
son sociedades no idealizadas; el mal triunfa sobre el bien, o el bien es tan
subjetivo, que inclusive un país se condena a la anarquía, al clientelismo por
un sistema cuya obsesión por este "bien" no mide las consecuencias
que traen sus creencias.
En el PRD reducido ahora a la tercera parte de su habitual, enorme membresía, el
dinero y el poder son bien preciado. Para los miguelistas el fin justifica los
medios y si es necesario traicionar a alguien que atente contra su ideología no
les temblará el pulso.
El moraito de Miguel
Vargas esta de siquiatra. Solo un loco puede decir que tiene mayoría y razón y
que se niegue a realizar una Convención Democrática dirigida por una Comisión
Representativa del PRD. Éste deberá conformarse con las dádivas del gobierno
para poder subsistir. Por eso, la seguridad ha aumentado al rededor de la Casa
Nacional como si fuera una guerra.
Su ineficacia dirigencial solo sirve para conseguir un puesto en las colas por la ausencia de liderazgo y servicios.
Su ineficacia dirigencial solo sirve para conseguir un puesto en las colas por la ausencia de liderazgo y servicios.
Entre las obras
cinematográficas sobre sociedades distópicas, la película del director Stanley
Kubrick: La Naranja Mecánica, ilustra con singular maestría cómo
el mal brota temporalmente de la mente del joven Alex, tirano de una pandilla
de malhechores, luego de habérsele aplicado el condicionante tratamiento
Ludovico. A partir de ahí todo en la película cambia. Como en el PRDReducido los miguelistas se convierten en peledeístas y
viceversa.
El maestro Beethoven, cuya música a pesar de su sordera, inspira en Alex sus deseos más destructivos, se convierte en su peor enemigo anulándolo como persona.
Algo así pareciese sucederle al tronante que ocupa la Casa Nacional del PRD, mientras solo escucha los cantos de sirena de Leonel, Danilo y del siniestro Roberto Rosario engendrando una sociedad distópica peor que la Peledeísta.
El maestro Beethoven, cuya música a pesar de su sordera, inspira en Alex sus deseos más destructivos, se convierte en su peor enemigo anulándolo como persona.
Algo así pareciese sucederle al tronante que ocupa la Casa Nacional del PRD, mientras solo escucha los cantos de sirena de Leonel, Danilo y del siniestro Roberto Rosario engendrando una sociedad distópica peor que la Peledeísta.
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