¿Qué pasaría si de repente no fueran noticia? ¿Si nadie
les parara?
Por: CARLOS OGANDO | Presidente Región Manhattan Norte, Ex-presidente de la JRD, PRD de Nueva York.
Provoca hacer silencio, no ver, oír ni hablar. Ponerse las manos en los
ojos, oídos y boca, como los monos sabios del santuario de Toshogu, Japón.
No ver la perversidad de un gobierno que monta especie de pirámides con préstamos
sin garantia, sin cumplir con las normas prudenciales y sin explicar para qué
eran los dichosos préstamos por el Banco de Reservas a distintos empresarios de
la construcción que luego resultaran ser narcotraficantes internacionales como
Arturo del Tiempo Marques, y al presidente ilegítimo del PRD Miguel Vargas (el
moraito) para los cuales Banreservas imprime dinero inorgánico que avienta la
inflación que después quieren controlar con impuestos a todos; y aliviar con
subsidios para reproducir indigentes. No oír las mentiras que cuentan la bocina
del Gobierno. Cesar de tratar de explicar con palabras lo que resulta
irracional y un suicidio colectivo.
Una interpretación tradicional de los monos sabios los entiende como
advertencia moral: no ver, escuchar ni decir el mal. Pero otra interpretación
más popular es la conveniencia de rendirse a un sistema opresivo: no ver la
injusticia, oír las mentiras ni expresar opinión ni rabia.
Debían poner a los monos sabios en el pabellón del Partido de la Liberación Dominicana, debajo de las estrellas; atrapados por la unión de complicidades estelares a no ver, oír ni hablar. Y el silencio de los sepulcros que tanto gusta a los opresores volvería a reinar sobre esta tierra.
Debían poner a los monos sabios en el pabellón del Partido de la Liberación Dominicana, debajo de las estrellas; atrapados por la unión de complicidades estelares a no ver, oír ni hablar. Y el silencio de los sepulcros que tanto gusta a los opresores volvería a reinar sobre esta tierra.
A menos que seamos
selectivos e inteligentes en la dosificación de tal abstención de los sentidos.
Es muy saludable no ver al despota, ni oír sus cadenas televisivas, ni oír sus
bocinas en el periodico. Se ahorra uno muchas calenturas. Boicotea las cadenas.
Y convendría incluso callar para no dar excusa para reprimir; para no revelar
la estrategia de oposición; para no cansar con análisis que parecen no influir
en la inercia del mal desatado. Sí, la sabia conseja de Toshogu podría ser una
estrategia de lucha en lugar de una rendición.
¿Qué pasaría si de repente Leonel, Danilo y Miguel no fueran noticia? ¿Si nadie les parara? ¿Si todos hiciéramos un voto de silencio tan abismal como el hueco que ellos cavan? No el silencio frío de los individuos dispersándose en sumisión voluntaria para sobrevivir, sino el silencio activo, concertado, el mismo día a la misma hora, como acción de lucha y reacción racional ante la irracional sistematización del mal, la corrupción, la impunidad y la estupidez.
¿Qué pasaría si de repente Leonel, Danilo y Miguel no fueran noticia? ¿Si nadie les parara? ¿Si todos hiciéramos un voto de silencio tan abismal como el hueco que ellos cavan? No el silencio frío de los individuos dispersándose en sumisión voluntaria para sobrevivir, sino el silencio activo, concertado, el mismo día a la misma hora, como acción de lucha y reacción racional ante la irracional sistematización del mal, la corrupción, la impunidad y la estupidez.