Carlos Ogando / @su_diputado | SIGUEME en la RED
Vale hacer una
aclaratoria en estos momentos.
Hasta ahora mis artículos nunca han sido cercenados o prohibidos en este sitio.
Tampoco yo -aunque sabe Dios que lo he intentado- he sido muy consecuente. Hay
momentos en que estos aparecen domingo tras domingo, otros, en los que ven la
luz cada quince días, y, a veces, pasan meses sin que escriba una
palabra. No
me pagan por escribir (desgraciadamente) ni yo tampoco pago por ello (que eso
hacen algunos). Dicho esto, no he de ser yo el que cierre la única puerta
que se me ha abierto en las redes sociales. Pero, por supuesto, respeto,
y mucho, al que eso hace voluntariamente.
Esto me permite entrarle al tema que quería tratar hoy, pues a veces el chantaje
- con sus diferentes formas - no solo viene
del Gobierno sino de los elementos de la misma oposición, (pareciera que
algunos han adversado por tanto tiempo a los contrarios que sin darse cuenta
han terminado pareciéndose a ellos). Y es que en el país se respira una suerte
de autoritarismo del que hemos sido contaminados todos, tanto los partidarios
del Gobierno como de los de la oposición, PRD y PRSC. De un lado, aquellos
mantienen al país colapsado, con una inseguridad espeluznante, crecimiento de
la deuda, corrupción, una impunidad del desempleo, carestía de la vida y una
inflación desconocida hasta este momento; pero -¡ay! -no se nos ocurra
protestar y rechazar esta situación porque se nos despide del trabajo, o se nos
detiene, pues el futuro de la nación amerita "ciertos sacrificios" y
nosotros parece que no poseemos ni las entendederas ni el derecho a oponernos a
ello. Es decir, no solo debemos soportar todas esas cosas sino que además
tenemos que hacerlo sin rechistar. Del otro lado, los que una vez entregaron
los poderes públicos con el pacto patriotico y el pacto de la corbata azul("traicionaron
la democracia", como dijo alguien por allí), el prsc y el prd
continúan llevándonos por caminos errados y no han sabido asumir el liderazgo
que les corresponde, no aceptan tampoco algún tipo de crítica o acto espontáneo
de los ciudadanos de la base, ya que aparentemente estos no están capacitados
para hacerlo y con esas actuaciones "lo único que hacen es contribuir a
fragmentar más la unidad"; el PRD y el PRSC estan degradado, podrido,
secuetrado; toda su historia reducida a una cogioca. Miguel, Vincho y Antún de
las manos en la misma procesión que va Leonel; son el super trío del descaro
amenizando la fiesta del engaño. Paradójicamente, pues, y contrario a la
lógica política que impera en todo el mundo, el ciudadano de
estos días se ve reprendido CONTINUAMENTE por las elites políticas que predominan en ambos
lados.
Como hemos señalado otras veces, Guillermo O'Donnell acuñó el término de "democracias delegativas" para referirse a aquellos regímenes supuestamente democráticos que estaban fuertemente centralizados. Es decir, más que democracias representativas, donde los representantes canalizaban las aspiraciones de los representados, en aquéllas los políticos electos sentían que los ciudadanos les habían delegado sus aspiraciones, como si estos les hubieran entregado un cheque en blanco que les otorgaba el derecho de hacer lo que les viniera en gana. En ese sentido, este concepto nos podría ayudar para entender no sólo lo que ha sucedido del lado del Gobierno sino también -lo que es más grave- del de la oposición, PRSC Y PRD, a la cual podríamos tildar igualmente de "delegativa".
Todo esto me ha venido a la mente tras observar cómo comienza a redefinirse el Bloque Progresista con la incorporación del PRD, el pacto suscrito para garantizar la gobernabilidad en los cabildos no representa ninguna regla de oro; se trata más bien de una conspiración de los partidos de la Liberación Dominicana (PLD), Revolucionario Dominicano (PRD) y Reformista Social Cristiano (PRSC) contra la nueva fuerza política, tras responsabilizarla de los conflictos que puedan ocurrir; con ese propósito suscribieron alianzas para distribuirse el control de los ayuntamientos, incluidos aquellos en que los alcaldes y los regidores pertenezcan al Partido Revolucionario Mayoritario (PRM). La incertidumbre vuelve a plantear la necesidad de que se apruebe la Ley de Partidos Políticos, con los que se haría un aporte al equilibrio y la equidad, aunque tampoco sea la panacea para adecentar el ejercicio. Y es que definitivamente la arrogancia y la ineficiencia no tienen color político. Pero si en algo triunfó el peledeismo, fue en eso de dividir las aguas radicalmente entre oficialistas y opositores, obligándonos a exhibir una solidaridad automática.
@ogando_carlos / @su_diputado
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