Sunday, July 27, 2014

El barbarazo

¡Este barbarazo, acabó con el PRD!

Por: CARLOS OGANDO | Presidente Región Manhattan Norte, Ex-presidente de la JRD, PRD de Nueva York

En los años ochenta no hubo quien no bailara y cantara uno de los merengues más conocidos del dominicano Wilfrido Vargas: "El Barbarazo". Recuerdo que su letra decía: "Y el queso que había en la mesa / también se lo comió... / ¡Ese barbarazo acabó con tó...!". En él narraba la decepción inmensa de un hombre enamorado cuya esposa le había sido infiel en su propia casa. Hasta su cepillo dental había usado el condenado abusador. Pero Wilfrido Vargas no culpó al tercero intruso; desde el inicio de la canción señaló con claridad que su mujer era la responsable: "¡Qué barbaridad! / Lo que tú me has hecho / entregarte a otro / en mi propio lecho". 

Qué barbaridad lo que Miguel Vargas (el moraito) le has hecho al PRD, entregarselo a Leonel Fernández con el cuento -¿chino?- de convertirnos en un partido diciplinado, la farsa de miguel no tiene comparación, es lo más burdo y autoritario, luego de cambiarlo todo para empeorarlo todo, hay que decirlo en alta, clara e inteligible voz: ¡Este barbarazo, acabó con el PRD!

La intolerancia de este país, Miguel organiza una Convención sin derechos para sus rivales, y dice que esta es democrática y transparente, la democracia degradada que vivimos solo será recuperada por la integración del pueblo al reclamos de sus derechos, para salvarla quiero ver a curas y políticos al frente de las demandas de su comunidad.

La Justicia como garantía de convivencia sigue siendo una aspiración, aqui en dominicana es una formalidad usada a conveniencias por los poderosos. Cuando los privilegios son notables y permanentes las diferencias son insignificantes, pues la dignidad es solo una pose bien cacareada, las demandas de transparencia y cambio brotan en todas partes incluso en las zonas de poder que las niegan.

En unos días dirán que todo fue un error y culpa del pph, tal como lo hizo Mariñez y Roberto en su informe, culpando a todos menos a él mismo, tal como la mujer de la canción del Wilfrido Vargas que seguramente le respondió que no fue ella, que fue culpa del irresistible amante, así nos dirán que no fueron ellos, que fueron los pph. La Convención que se anunció y que luego fué una farsa, vendrá por etapas "lenta y continuada"(¿recuerdan el pacto de la corbata azul lento y continuado?). Así mismo, lento y continuado ha sido el barbarazo hasta que acabó con el queso que había en la mesa.

Como católicos creemos en el perdón, siempre que venga precedido de un acto de contrición y propósito de enmienda. La contrición es el arrepentimiento por el mal obrado. El propósito de enmienda es no volver a obrar de la misma manera y hacer todos los esfuerzos para obrar distinto. Quizás, sólo quizás, la infiel esposa de "El Barbarazo" de Wilfrido, luego de escuchar los reclamos de su marido, pidió perdón, repuso el queso, lavó las sábanas y se enmendó recomponiendo la relación.

En este partido, ¿quién va a reponernos el queso sobre la mesa de todos los perredeístas?, ¿cuándo va a haber un acto de contrición? (Que podría comenzar por señalar públicamente y luego enjuiciar a quienes nos robaron), y, lo más importante, ¿cuándo habrá un propósito de enmienda? Volvemos a parafrasear a Einstein en esta columna, sólo un estúpido puede esperar resultados diferentes realizando las mismas acciones.

Para no quedarnos sólo como ochentosos con Wilfrido, a finales de los noventa Spencer Johnson escribió un libro titulado ¿Quién se ha llevado mi queso?Narraba las vicisitudes de dos ratoncitos y de dos personajes (Hem y Haw) dentro de un laberinto buscando el queso que desaparecía poco a poco. Cada pareja actuó de manera diferente. Los ratoncitos se adelantaron a la desaparición del queso y migraron a buscar otro almacén y lo encontraron. Hem y Haw discutían entre ellos qué estrategia usar y no actuaban, hasta que Haw decidió separarse de su amigo Hem que sólo se lamentaba. Haw finalmente también logró con su esfuerzo conseguir más queso. De Hem nunca más se supo.

Veremos cómo terminará la historia de nuestro barbarazo criollo y de quiénes nos robaron nuestro queso. 

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